jueves, 10 de septiembre de 2009

Te conozco campo



Tengo un montón de boletas arriba de mi mesa, llenas de nombres –más de treinta cada una- y solamente una cartilla de propuestas y un par más de propagandas políticas de obras públicas realizadas y en curso. Votá bien le dice un tipo a otro a los gritos en este momento en la esquina de mi casa. “Cambio, vamos juntos y vuelve” los slogans pegadizos de las campañas que desde hace unos meses martirizan el trabajo cotidiano de los ciudadanos en monumentales carros de sonidos, en pantallas gigantes montadas en las plazas, en cada cartel pegado en los postes de luz y en cada pared que se cruza por el camino.

No critico gestiones en particular, pero sí a la clase dirigente, esa elite que se jacta en movilizaciones masivas de vehículos y de personas. Esa clase superior que hoy me saluda en la calle, que hoy me visita y me escucha, esas personas que hoy hablan de democracia y que hoy se dan cuenta de la importancia de los ciudadanos. Izquierdistas, progresistas, intransigentes, revolucionarios, cada uno con sus ideales pero con la misma mediocridad compartida. Si los millones que se gastan en lo propaganda de estas elecciones se usaran para el bien común la historia sería otra.

Desde los 15 años tuve la gracia- por voluntad divina- de caminar casi todo el campo del departamento de Empedrado junto con un grupo de amigos y religiosos. Sé de lo que hablan cuando nombran el “campo”. A pié, sin agua caminé con un amigo del alma desde Empedrado hasta el paraje El Pollo una siesta. Vivimos en cada lugar por lo menos una semana al año. Compartimos tristezas, angustias y alegrías. Sé de lo que hablan.

El Madregón tiene familias que hoy- siglo XXI, era informática- viven de la caza, literalmente. ¿Señora, usted de que vive? Pregunté esa mañana. La mujer, una rubia de ojos verdes penetrantes y una piel cocida por el sol me contestó con su medio castilla y medio guaraní -Vivimo de lo que mi marido caza en los bañados, cuando trae algo de más… lo vendemos.-

Su casita, sin luz eléctrica, cobijada por la sombra de los majestuosos ombúes que natura le regaló tampoco tiene agua de poso. Esa mañana sus dos hijas mujeres lavaban la ropa en el agua del bañado que también sirve para beber. A menos de 15 kilómetros de mi casa con aire acondicionado, conexión a internet, televisión por cable me encontré con la prehistoria. El altar de la casa es el lugar familiar, rezan- alguna vez rezaron por mi-. No queda más que rezar. –En las elecciones me traen una chapa cuando se acuerdan- remató la joven mujer.

En San Juancito hace unos cuantos años encontré a una señora que marcó mi vida. Ella tenía más de 80 años, sin familia, solamente la acompañaba un perrito que era su guía por la ceguera que se había devorado sus ojos. La casa de barro de un ambiente, sin mentir, cuatro metros cuadrados y una pared que estaba a punto de venirse encima de su cama. Sin piso, sin luz, sin agua. Esos lujos no son para personas como ella. La artrosis deformante le cambió la fisonomía pero no mermó su coraje y las ganas de vivir. Esa tarde hablamos un rato. No podía ofrecerle nada más que mis oídos. El mate compartido fue la excusa para hablar de la vida. El altar como lugar privilegiado, bien cuidado y adornado era testigo de sus oraciones antiquísimas que repetía tal cuál su abuela le había enseñado. No quedaba más que rezar.

Después de varios años volví, ella no estaba más, su casa tampoco. Sus huesos formaban parte ahora de la tierra que la vio nacer y morir, soñar y vivir. La tumba de cemento y cerámicos se convirtió en su mejor hogar. Esa tarde me sentí culpable, no hice nada para que ella esté mejor. Narcisa seguramente hoy le cuenta las mismas historias que me contó esa tarde a algún ángel dispuesto a escucharla en el cielo.

El pibe que termina la escuela primaria en el campo no tiene ni una sola posibilidad de seguir estudiando, solamente algunos son los suertudos. Algunos ni la escuela terminan, el trabajo es la urgencia y la mano de obra valiosa para los explotadores.
Los que mejor la tienen son los punteros políticos, ellos negocian por los demás. Algunos de verdad lo hacen por los intereses de sus vecinos, otros… mejor ni nombrarlos.

¿Para que contar todas las historias? Solidaridad, trabajo sin ayuda de gobiernos ese es el campo empedradeño. No lo que escucho en los discursos. En Costa Grande todavía recuerdan al hombre que bajó de aquél helicóptero en las inundaciones. Las lágrimas florecen y se preguntan que hubiera pasado si hoy viviera.

A los 18 años, en Lavalle, me juré cambiar las cosas aunque me cueste la vida. Ahí jugaba a la pelota con chicos de doce años que no conocían las negociaciones que la elite hace por sus cabezas. Volví dos años después y ninguno de los que me hacían goles en esas tarde de enero estaban. Dieguito, Cachaca y todos los demás tenían que trabajar a los catorce para comer. Las miradas tristes, las manos ajadas, los dientes picados. Esos chicos eran la sombra de los que conocí alegres dos años antes. Cuando volví a mi casa lloré y me juré cambiar las cosas cueste lo que me cueste.

Ciudad turística, prioridad insoslayable de los candidatos. Prioridad efímera para sus habitantes. Personas que revisan la basura que yo tiro para convertirla en alimento. Personas que rezan todos los días para tener un pan para comer, que lloran por las noches a escondidas de sus hijos, en la soledad, por no poder darles un futuro mejor.

El domingo, el cuarto oscuro representa la tranquilidad de votar a conciencia. Es el único lugar donde la libertad tiene derecho, donde no hay pobres ni ricos, donde somos todos iguales. Un ciudadano, un voto. Un voto una esperanza. Soñar es hermoso y creer que el sueño puede ser realidad lo hace más gratificante todavía. Esta elite que hoy visita mi casa nos oprime, quiere guiar nuestro rumbo. No señores, esa elite no tiene más poder que el que nosotros le damos.

A los de la elite les digo: Basta de hipocresía y mediocridad. Miren para adentro, vean al niño que tenían, pregúntenle que soñaba. No traicionen sus ideales por dinero, por poder. No se aprovechen de las personas, denle futuro, regalen esperanza, brinden un futuro mejor. Luchen por lo que soñaron las generaciones anteriores, no traicionen a su tierra.

Te conozco campo, conozco tu gente, sé que hablás guaraní y cantás chamamé, sé que sufrís y que tenés esperanza. Vos me enseñaste y me formaste, me dejaste entrar a tus casas y me cobijaste en tus sombras.

5 comentarios:

  1. buena tu publicación migue! a medida que la leía se me ponía la piel de gallina..se me vino a la mente todos esos momentos que mencionaste,narcisa y todos los demás.esa realidad que vivimos migue..es la hoy estos políticos la esconden bajo la alfombra..permitiendo que nuestra tierra sea tierra de nadie.

    ResponderEliminar
  2. Qué buena nota!!! me alegro mucho poder leer artículos como éste. Se que Dios utiliza nuestras manos y nuestra voz para hacer llegar su PALABRA y su esperanza a la gente, a sus hijos, a su pueblo.

    ResponderEliminar
  3. TE FELICITO POR LA NOTA MIGUEL, ME GUSTARIA CONOCERTE UN POCO MAS,YO SOY DE EMPEDRADO,HOY VIVO EN BS. AS CAPITAL, PERO ME SIENTO MUY IDENTIFICADO CON ESOS NIÑOS A LOS QUE VOS HACIAS REFERENCIA, JUSTAMENTE DEJE MI PUEBLO NATAL A LOS 14 AÑOS POR NECESIDAD DE DARLE A MI MADRE UNA VIDA UN POCO MEJOR(POR SU SALUD) Y POR RAZONES ECONOMICAS...Y LA VERDAD QUE UNO NUNCA OLVIDA A PESAR DE TODAS LAS COSA NEGATIVAS QUE NOMBRAS,QUE LA FELICIDAD QUE UNO TIENE EN LA INFANCIA A PESAR DE TODO ES INCREIBLE!!!!CUANDO SOS UN NIÑO INOCENTE Y NO TENES CONCIENCIA DE QUE EL SER HUMANO PUEDE SER TAN EGOISTA, PERO HOY A MIS 46 AÑOS SE QUE AUNQUE LOS POLITICOS HAGAN GRANDES PROMESAS, Y ALGUNOS POCOS CUMPLAN A MEDIAS Y OTROS NI LO INTENTEN,SE QUE SOLO LAS PERSONAS QUE NO SE DOBLEGAN ANTE ESTE SISTEMA CORRUPTO,Y SON FIELES A SUS IDEALES, DENTRO DE LAS CUALES ME SIENTO PARTE, SOMOS LOS QUE PODEMOS HACER ALGO POR NUESTRO PROJIMO...ESTOY A TUS ORDENES!!!! RESPONDEME SI QUERES CONTACTARME.

    ResponderEliminar
  4. Hola! Recién veo tu comentario... si no nos contactamos todavía mi mail es miguelsilvero_14@hotmail.com El blog quedó parado y yo segui con otros proyectos. Si ves esto espero el contacto, un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Ya lo había leido antes y no dejé comentario porque al terminar de leerlo me puse a llorar. Hoy mi reacción no fue distinta, aun afloran mis lágrimas mezcladas con bronca e impotencia. Hoy comprendo mejor que entonces lo que contaste en esta nota. Me bastó llegar a la "casa" de un mallonero, para entender mucho de lo que es vivir precariamente, ver criaturas descalzas, picadas por el bicherio, y con señales de abandono, tanto en los chicos como en los adultos. Y esas "casas" no están en ningún lugar alejado del centro de Empedrado, que va! Están a apenas metros del hotel de turismo, pero claro, tapadas por arboledas que ocultan la miseria.
    Días pasados recordé una película argentina llamada DETRAS DE UN LARGO MURO donde se mostraba el paredón larguisimo que enfrentaba al Riachuelo de Capital Federal, ocultando a Villa Jardín, villa de emergencia que es un lujo comparado con las chozas que ví en Empedrado.
    Ocultar, meter debajo de la alfombra la mugre que no se ve, total de eso el turista no se entera y si se entera, y lo denuncia, lo bastardean y hasta le sugieren que no vuelva mas. Solo se debe ver las maravillas de las barrancas, la playa, ahora con defensa, defensa por la que muchos apostamos, con vida para cuatro...cinco años como mucho..bueno pero eso dejemoslo de lado, porque eso es ser de "mala onda"
    También habrá quien salga a decir que los malloneros viven mal poque quieren, pues reciben un buen subsidio por veda, etc, etc, etc, Vos, yo y muchos sabes que no todos reciben subsidios y la gran mayoria reciben tal vez una quinta parte de ese dinero, y ahí otra vez el puntero político sacando provecho del pobre.
    La persona que comentó anteriormente, dice tener 46 años y recuerda lo mismo que vos contás, conociste a otro con 20 años mas, que te ratifica lo mismo.
    Hasta cuando se puede seguir, ocultando, engañando, hacer alardes con bombos y platillos de la inauguración temporada verano 2010-2011, cuando falta tanto y tanto y los pobres olvidados, relegados, postergados.
    Tengo bronca y ayer un sacerdote te dijo que si uno critica mucho, cae tan bajo como aquellos a los cuales se critican.
    Tal vez, criticar por criticar puede ser, pero criticar para mostrarle al resto y hacer lo que quienes deberian hacer no hacen, no creo que sea caer bajo, todo lo contrario, es elevarse por sobre los mediocres e ineficientes politicos, funcionarios que no funcionan, es elevarse sobre las miserias, pero sobre las miserias humanas de los gobernantes de Empedrado.

    ResponderEliminar