El basural queda a poco menos de un kilómetros del matadero municipal y mucho más cerca del complejo turístico El Bucanero. Las montañas de desechos se empiezan a ver a lo lejos y las bolsas dispersadas por todo el campo guían el camino. Los árboles parecen adornados minuciosamente por el viento con las bolsas plásticas.
A metros de la fosa, a medio llenar, un cementerio familiar, de esos que uno encuentra en el campo. Varias tumbas con cruces cuidadas, flores frescas y velas nuevas que el destino no dejó consumir totalmente. Parecen que las visitan seguido. Al igual que con todo el paisaje las bolsas adornan el campo santo. Si uno se para lejos y ve el campo piensa que está nevado.
Carlos, su familia, y las otras personas que buscan riquezas en los desperdicios de los demás no son los únicos que visitan el lugar. Las vacas y caballos también cambiaron sus hábitos y se adaptaron a la modernidad- reafirmando la Teoría de la evolución de Darwin-. Mientras sus cuerpos se adaptan a comer plásticos, también, van muriendo. Dos caballos muertos terminan de configurar el paisaje haciéndose notar en el aire nauseabundo del lugar.
Caminando, buscando, mirando, una bandera argentina asoma en un collage sus colores celeste, blanco y el profundo amarillo del sol que te dejan perplejo en una escena efímera. Un libro de catequesis abierto en una página con una oración a Nuestra Madre da la sensación que la tierra también suplica su ayuda. Boletas de las elecciones pasadas recuerdan promesas incumplidas. Todo eso caminando entre los desechos, que son de todo tipo.El asombro empieza a fluir cuando se ven muchas cabezas de muñecos. Sólo las cabezas decapitadas de manera tétrica. Algunas quemadas y otras solo ajadas por el sol. Parecen estar mirándote desde el suelo con caras triste, melancólicas que dejaron atrás vidas felices, risas y caricias.
El basural está cerca del río Paraná y hasta sus costas llegan sus despojos. Un rumor dice que un día hasta un feto completamente formado formó parte de su cosecha. Estaba adentro de una bolsa. Escalofríos da pensarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario