jueves, 20 de agosto de 2009

A modo de reflexión



Las preguntas invaden mi cabeza. Caminando a casa con mis amigos veo un montón de obras- algunas mucho más caras y con menos beneficios que el que tendría construir una planta de procesamiento de residuos en Empedrado-, escucho un montón de promesas, muchísimas frases hechas sin sentido que, sin embargo, forman parte del discurso de algunos candidatos. Ponerse la camiseta de Empedrado, ¿qué quiere decir? ¿Qué significa? Poner palos en la rueda, ¿es malo o es bueno? Cuando alguien cae con su auto a un pozo poner palos en la rueda es muy bueno y, seguro, te saca del apuro.

Vivo en una ciudad donde está todo por hacerse, donde las oportunidades son infinitas, donde todos nos conocemos. Donde podemos decirnos las cosas en la cara con nombre y apellido. El sonido de los parlantes sigue dando vueltas en mi cabeza, promesas vacías, el olor del basural. Una carta orgánica por redactar, mezquindades a flor de piel. Señores políticos, ustedes rigen la vida de casi 20 mil empedradeños -nacidos o no- de buena o mala manera.

Se habla de cambios, de hacer una ciudad distinta, se ruegan votos pero no hay proyectos, no hay ideas. Todo se lo lleva el viento y Carlos vuelve a su casa en su carro tirado por caballos con las bolsas llenas de botellas para llevar pan a su casa mientras las otras bolsas se siguen desparramando por el campo.

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